CALASANCIO 7 - 3 CD OURENSE

Decepción.

Por no usar otro calificativo. Se desplazaban conjuntamente los 2 alevines a rendir visita a os monfortinos y el primer contratiempo nada más bajar del autobús. Nuestro portero titular "cedido" a jugar con los mayores de "A" ya que estos no tenían portero. Toda la responsabilidad para Rafa el cual aguantó como pudo sin tener culpa de la derrota.

El partido tuvo 2 fases bien diferenciadas, los primeros 45 minutos y los últimos 15 y, en medio, una decisión equivocada del árbitro que hizo variar el signo del mismo.

Hasta entonces los niños del Ourense trataron de jugar el balón, presionando muy arriba y tratando de tocar y tocar el balón. Los niños del Calasancio no conseguían sacar el balón ni jugar, fruto de ello se adelantó merecidamente CD Ourense.

Una mano ingenua de Pablo (la inactividad por enfermedad pasan factura hasta lo más fuertes) a la salida de un córner supuso un penalty que igualaría el tanteo. Otro error típico a la hora de defender un córner propició el gol de Calasancio en una jugada ensayada que les salió al segundo intento. Y así hasta el descanso con dominio ourensanita que se anclaría en un 2-3.

A pesar de tener ocasiones para aumentar esa exigua ventaja no remató el partido, bien por lentitud en los últimos metros o mala definición, y, el tópico, el que perdona la paga.

Como suele ser habitual en los equipos monfortinos se mezclan niños de primer segundo año, con o que las diferencias físicas suelen ser abismales con los nuestros, todos jugadores de primer año, ese mayor empuje físico y los cambios en el 7 rojillo (ayer de blanco) traslado el encuentro a la portería visitante.

Una serie de decisiones arbitrales (algún posible penalty no pitado en el área del Ourense, un gol be anulado a los locales) hizo que mediada la segunda parte, y con el público monfortino apretando de lo lindo cada decisión de colegiado y 3-3 en el marcador, el trencilla dio por válido un gol en claro fuera de juego que suponía el 4-3.

Tan claro y diáfano fue que no anularlo desquició a los visitantes, acabando incluso con la expulsión de Pico y el alejamiento del reportero gráfico que suscribe (a veces son como niños). A partir de ese momento huérfanos en la dirección los ourensanistas deambularon por el verde mientras que un supermotivado, y tal vez demasiado agresivo, Calasancio motivo que los más goles fueran cayendo de su lado hasta el 7-3 final.

Tristeza, rabia y alguna que otra lágrima por haberse escapado un partido en el que 2/3 se jugó muy bien y el tiempo restante tiene que servir para aprender, a matar los partidos antes, a sobreponerse a errores ajenos, a no bajar los brazos aunque los niños sean más grandes y fuertes y.. a callarse tras una tarjeta evitando dar malos ejemplos.

Hugo disputando un balón, mejor con él en los pies que defeniendo la posición.

Pablo volvía tras su enfermedad.

Un córner a favor de los visitantes.

Los saques de banda siguen costando.
Los papás atentos al juego.

El Sr. Colegiado trás expulsar a Pico. Lo peor de un árbitro no es equivocarse, es compensar errores anteriores.

¿Premonitorio tal vez? ¿Cómo los saques de puerta monfortinos?

Otra manera de hacer las mismas cosas.

Hay caritas que lo dicen todo. Y las había mucho peores, conste.