Agua.. mucha mucha agua... y viento.. mucho mucho..
Este es el aspecto que presentaban el campo de entrenamiento de nuestros peques a la finalización del entrenamiento de hoy. Entrenamiento que finalizó antes de lo previsto cuando los niños disputaban un mini-amistoso con los de Pico (0-2 para los del Bosco antes de la suspensión).
Tarde muy desapacible que pese a todo, contó con la participación de todos los pequeños, imaginamos que atraidos no por la soleada tarde, sino por las perspectivas extradeportivas de las que eran conocedores, que, como la tarde, naufragaroón estrepitosamente.
Me pregunto si tanto quejarnos del trato del Club y luego los padres no tenemos un mínimo de coherencia y organización, y como se que alguno si me lee, sabrán de que hablo. Triste y penoso. A veces creo que tenemos lo que nos merecemos.
Con la ilusión de los pequeños no se debería de jugar, por muy mal tiempo que haga o por diferentes criterios de opinión que tengamos, o por falta de comunicación. De ellos podemos esperar que juegen con la arena en el banquillo o en mitad de un partido, es su derecho, son niños, pero a los padres se nos presupone una racionalidad que a veces, me pregunto, si usamos adecuadamente, o si, sencillamente, nos dejamos llevar Miño abajo aprovechando que baja crecido al lado de Salesianos.
Última oportunidad el viernes.
Posdata: Es que seguramente luego se me olvide y considere que ya no merece la pena pero....
¿con la que estaba cayendo y con 17 o 18 niños entrenando, teniendo en cuenta que mi idea de como entrenarlos es la menor de cualquier otra, usándo sólo el sentido común, es acertado plantear un partidillo y dejar 10 niños empapados parados a la espera de entrar a jugar el partidillo? Hay cosas que no acertaré a entender, y este año parece que se me acumulan todas.
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