Acorde con la primavera que disfrutamos el tiempo deparó una amplia variedad de tonos esta tarde en Salesianos, desde el tímido Sol a un más que agresivo "casi tornado" caribeño.
Los valientes y sufridos integrantes de la plantilla
rojilla se entregaron todo lo que pudieron, regateando no sólo al rival sino a los ríos y pozas que jugueteaban por la arena salesiana hasta que el agua que caía hizo absolutamente imposible ver siquiera a quien tenías al lado y hubo que retirarse por piernas.
Una pena que de todos los niños que acudieron a entrenar bajo el diluvio, por exigencias federativas en la convocatoria por un lado, y por otro y principalmente, una mala planificación con un excesivo número de niños que se han ido incorporando sin mucho sentido, tengan que quedarse sin poder acudir mañana a Os Remedios.
La disciplina y la entrega en los entrenamientos está muy bien, pero tiene que verse correspondida con la posibilidad de competir, aunque sea unos minutos el fin de semana, porque sino la desgana, la desilusión, la desidia y la frustración acabará con sus ganas de jugar al fútbol.
Esta temporada poco arreglo va tener, pero esta por ver que se le pueda poner remedio para la próxima. En el Club existe gente
sobradamente válida para verlo, que no se pongan a ello no debe tener perdón.
Olé por los 15 valientes (y a
Iago Vázquez y a los otros 4 equipos que compartían campo en semejantes condiciones como no).